LA ARAÑA TEJEDORA

La Araña, Guardiana de la lengua antigua, consciente de los cambios que se avecinaban trajo a los seres humanos el primer alfabeto. En su telaraña tejió las primeras letras.

Otros animales sintieron curiosidad por el nuevo tejer de la Araña y le preguntaron al respecto. La Araña les contestó:

_ Se avecinan cambios importantes y los seres humanos, Hijos de la Tierra y el Cielo han de aprender a hacer registros de su nuevo caminar sobre la Tierra.

_ Pero los seres humanos ya cuentan sus historias mediante dibujos, como siempre lo han hecho

_ Exclamaron los animales. A lo que la araña repuso:

_ Sí, pero sus vidas y forma de comunicarse están cambiando y se vuelven más y más complejas, de manera que las futuras generaciones no sabrán cómo interpretar los petroglifos. No podemos permitir que se pierda la memoria del conocimiento antiguo.

Así tejió la Araña el primer alfabeto, como había tejido el sueño del mundo manifestado millones de años antes.

La Araña, con su cuerpo de infinito y sus ocho patas propulsoras de los cuatro vientos transformadores, soplando en las cuatro direcciones, con sus ocho ojos, mira siempre al futuro, mostrándonos un universo de infinitas posibilidades. Maestra de la lengua y maga de la escritura, ella es la Energía Femenina, el impulso vital tejedor de los hermosos y mágicos tejidos de la vida. Y ese poder la hace saltar de su telaraña y balancearse sobre nosotros susurrándonos:

_ No os dejéis enredar en los nudos de vuestra existencia y permitíos, partiendo de vuestra sustancia interna, ser los tejedores de nuevas ideas.

Araña, tejedora inmortal de infinitos Universos,

Despliega sobre nosotros el poder de crear.

La Araña como tótem, al igual que Ariadna es esa hermosa e indómita energía femenina que teje los mágicos tejidos de la vida. El poder creativo de lo femenino, desnudo y libre de condicionamientos que bulle en el interior de hombres y mujeres, pocas veces reconocido, es donde reside el poder de liberación como seres íntegros. Nos dejamos enredar por los nudos de la existencia y no vemos más allá de los límites de nuestra propia telaraña. Si tuviéramos la suficiente audacia y delicadeza para reconocer y liberar esa energía femenina, visionaria, creativa y regeneradora de Ariadna, en equilibrio con la energía masculina de Teseo que valeroso, mata al Minotauro pero carece de capacidad para orientarse dentro del laberinto, veríamos con absoluta claridad, los secretos pasajes, liberadores de este laberinto en el que hombres y mujeres vivimos desde hace tanto tiempo. Descubrir que en los límites de nuestra telaraña prospera algo que habíamos comenzado a tejer juntos en tiempos inmemoriales y teníamos olvidado, es la gran revolución.

Esther Cabeza.

Cuento inspirado en fragmentos de “La Rueda Medicinal” de Jamie Sams y David Carson. Editorial Integral. 1997 ediciones en español: Oasis, S.L. Pérez Galdós, 36- 08014 Barcelona.

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