Breves reflexiones pidiendo ayuda a Ariadna
Sobre la excelencia de las mujeres
Hace unas semanas dialogábamos los amigos de nuestro grupo del WhatsApp sobre las diferencias entre hombres y mujeres. Surgió a raíz de nuestras reflexiones sobre el machismo en la sociedad por diferenciar en tantos aspectos a la mujer en comparación con el hombre. Curiosamente, el debate lo teníamos nosotros, los hombres, sin que las mujeres participaran en absoluto. Me di cuenta de que estábamos analizando el tema bajo una perspectiva varonil, la mujer no da ninguna importancia a esos temas. Amigas de nuestro grupo de WhatsApp y del mundo, la verdad, me temo que no os conocemos en absoluto porque no nos ponemos en vuestra mente y en vuestro corazón… Quizá (no lo sé del todo cierto) seguimos pensando acerca de vosotras con nuestros conceptos varoniles.
La cosa derivó en que convendría que los hombres trabajáramos por la tran sformación de la sociedad en cuanto a dar a la mujer más importancia y protagonismo en ella, porque ellas valen tanto como nosotros. Yo entonces dije que la mujer valía más que los hombres… algunos se alarmaron… y redacté estas breves reflexiones que os envío. Están abiertas a debate.
Sobre la excelencia (superioridad) de las mujeres.
1.- En mi modesta y cortita opinión, las mujeres son iguales a nosotros en
inteligencia teórico-científico-especulativa (cosa que a los hombres nos cuesta
reconocer), también son iguales a nosotros en virtudes y en defectos, en
el alma y en la mayoría de órganos corporales (no en
todos).
2.- A mi entender, nos superan en inteligencia práctica, en capacidad de
trabajo (en casa y fuera de ella), en organización doméstica (tan importante
para nosotros, los hombres, en nuestro equilibrio psicológico, emocional y
afectivo), en el amor y en dedicación a los hijos y en la posibilidad de
engendrarlos y de amamantarlos. Casi nada, porque engendrar y amamantar no son
una servidumbre sino una excelencia.
Son también superiores en sacar los hijos adelantes cuando enviudan, cosa que a los hombres, cuando enviudamos, solemos quedarnos “bloqueados”… hasta que encontramos otra mujer.
3.- Y si entramos en el mundo del sexo, ahí los hombres lo tenemos todo perdido. Algunosreyes han estados dispuestos a dar la mitad de su reino por una mujer. Muchos han perdido toda su fortuna por una de ellas. Y no pocos han perdido hasta su alma.
4.- Y si hablamos de la maternidad, cosa que nos está vetada a los hombres… ahí ya sí que tenemos que descubrirnos del todo.
Verdaderamente, nunca he visto algo tan rico y poderoso en un ser aparentemente tan débil y vulnerable.
Creo que no se trata de defender el matriarcado… ellas ya se consideran, y con razón, superiores a nosotros. Lo que pasa es que no les compensa discutir sobre ello con hombres convencidos de su machismo, es decir, con la inmensa mayoría de nosotros.
Con lo pesados que nos ponemos con lo de que “no seamos machistas”, que tenemos que valorar a la mujer, que la sociedad las margina… Pero, ¿las mujeres superiores a nosotros? ¡De eso nada! El machismo lo llevamos los hombres dentro, muy adentro.
Las mujeres de nuestra infancia cocinaban, lavaban, planchaban, cosían, hacían ropas a todos los miembros de la familia… Además de las asignaturas comunes a las de los chicos, en el colegio tenían las asignaturas de costura, cocina, y otras labores domésticas. Hoy en día esas “aficiones” se consideran poco menos que ignominiosas. Y vemos que las mujeres, para que aprendan a igualarse a los hombres, es decir, para liberarlas de las diferencias que existen entre ellas y nosotros, les decimos que tienen que ser deportistas, aventureras… como los chicos, vamos.
Y nos hemos perdido todo aquello en lo que en realidad ellas aventajan a los hombres, aquello que las hace verdaderamente excelentes en comparación con nosotros. Ya no cocinan, no lavan, no cosen… ¿No hubiera sido más oportuno que, precisamente para igualarnos a ellas, los hombres hubiéramos aprendido a lavar, a coser, a planchar y a cocinar?
Pero lo importante era hacerles descubrir a ellas ¡lo que les falta para igualarse a los hombres! ¡Que empiecen a hacer deporte, a ser futbolistas, a jugar al baloncesto y que hacer surf… como nosotros.
Como decía, más arriba, el machismo lo llevamos los hombres dentro, muy adentro.
Es otro de los túneles del laberinto en el que estamos perdidos los españoles de nuestro tiempo. Y más que nunca aquí necesitamos que Ariadna acuda en nuestro rescate.
Angel Saiz Perez
20 abril 2019
Atreverse a ir en contra de los clásicos comentarios sobre las mujeres en un grupo de Wasap, es mucho.
Reconocer que sobre el mundo de las mujeres los hombres no sabemos nada de las hembras es demasiado.
Trabajar por la transforrmacion de la sociedad dando protagonismo a la mujer, tiene visos de terrorismo.
Reconocer que el machismo lo llevamos muy dentro, y pedir ayuda a Ariadna para salir del Laberinto es…EL ACABOSE, o sea la solución.
De esta encrucijada hay que salir juntos. el dualismo Hembra Hombre, es algo mas que cambiar las vocales.